Buenas,
Khata es una pequeña localidad a orillas del Ayeryawady (Myanmar, ya sabéis) que aún sería más desconocida de no haber sido porque un tal Eric Blair escribió allí su primera novela, Los días de Birmania, unos años antes de pasar a llamarse George Orwell. Ya audiocomenté en anteriores episodios que mi primera intención era haber parado allí, pero entre lo que me gustó Bhamo y lo complicado de la logística, me limité a pasar en barco. Momento al que pertenecen estas fotos.
Están realizadas a última hora del día gracias a haber encallado para entonces un par de veces (y aún nos faltaban más). Hay nieblina y luz de atardecer. El botón "Auto" de los niveles del GIMP hace maravillas con la niebla, aunque queda algo de ruido que me ha impedido forzar el cielo pues empezaban a salir "las pelotas de golf". Pero al menos, el resultado creo que queda majete.
Lo que parece un barco a primera vista es en realidad el muelle rebosante de gente esperando a subir a un barco que va lleno.
Esta foto es un poco aquello de "¿Donde está Wally? ¿Localizáis al único occidental en el muelle?
Se trata de un australiano como yo de alto y más ancho, con lo que no tenía mucho mérito encontrarlo. Había pillado una variedad de la malaria que afortunadamente no era de las más peligrosas, pero se había tirado una semana de hospital.
Y volviendo a los pasajeros, aquí parece que no hayan roto un plato en su vida, pero teníais que haberles visto abordar el barco. Saltando a veces un par de metros antes de que terminase de amarrar para conseguir buenos sitios. Eso sí, siempre con una sonrisa cuando las miradas se cruzaban con la mía.
Como el barco para un buen rato, sirve de observatorio para la vida a la orilla. Se de alguno que haría unos buenos negros de esta imagen. Pero conste que yo no la he pasado a sepia. Simplemente salió así por el chocolate del barro y los reflejos del sol.
La presencia del barco no es impedimento para proseguir con la pesca lanzando la red una y otra vez.
Y para otros es el momento de aprovisionarse o de vender alimentos a los pasajeros. Se monta un mini mercadillo cada vez que el barco arriba a un puerto.
Todo un micromundo en un momento. No os perdáis la tabla que se ve a la izquierda de la foto. Es la "pasarela" para subir y bajar a bordo. Y os aseguro que con veintitantos kilos a la espalda impresiona lo suyo.
Aquí habíamos llegado ya con un buen retraso. Por la mañana debíamos haber estado en Kyaung Myaung que es donde yo me bajaba para seguir viaje por tierra hacia Monywa. Pero a media noche estábamos parados junto a la orilla y al amanecer costó lo suyo apartar el barco de la misma por los bancos de arena. El americano me contó que durante toda la noche había estado subiendo gente al barco, al parecer de extrangis. Por lo que luego lo de encallar era más habitual aún debido al sobrepeso. Llegamos a Kyaung Myaung en la tarde y me dio el tiempo justo para llegar a hacer noche en Shwebo. Una camioneta atestada de gente encantadora me llevó hasta allí tras una hora de baches. Te sientes realmente un bicho raro cuando estás rodeado de tanta gente en tan poco sitio y tan diferente. Y el que no te dice el precio en Inglés te señala cuando llegas a tu destino, te indican para ir al hotel… De la preocupación por lo desconocido pasas a las ganas de quedarte.
Saludos,
Colegota