Buenas,
Sierra Custodia es la franja que separa el Cañón de Añisclo del Valle de Ordesa, en el Pirineo Aragonés. Sobre los 2000 m. de altitud, su punto más alto lo es la cota del Punta Custodia con 2520 m. En verano esta zona, también conocida como De Los Miradores es accesible en microbuses preparados para el terreno, que te dejan a 2000 m. lo que permite hacer excursiones de un día a mayores altitudes. Y en otra alternativa se realizan excursiones guiadas sobre la fauna, flora y geografía del lugar. En invierno, una buena opción para los poco curtidos en estas lides, es realizar excursiones guiadas. Yo contraté una con raquetas de nieve con Guías de Torla. Y este es el relato de la misma.
Tras pasar Nerín, nos encaminamos hasta una pista de esquí alpino no muy frecuentada. Llegamos en un vehículo 4×4 hasta el lugar conocido como Cuello Arenas, desde donde partiríamos en dirección a Cuello Gordo, los mencionados Miradores. Nos acoplamos las raquetas y tras unas breves instrucciones sobre su uso comenzamos la marcha. Tras la gran nevada del día anterior, el cielo amanece casi despejado. Nuestras huellas son las primeras, y las únicas, en esta vasta zona.
El primer punto de interés es acercarse a los mencionados miradores desde los que se puede contemplar el Valle de Ordesa desde las alturas en la zona del Circo de Soaso.
La gran pared al otro lado que parece tan cercana está a casi un kilómetro de nosotros.
La cascada de la Cola del Caballo, con sus 90 m. de altura y su escaso caudal invernal (nada que ver con una vez que comienza el deshielo) se antoja una maqueta de la que el Río Arazas es más riachuelo que nunca. Mientras por su margen, otros excursionistas se dirigen hacia ella.
Aprovechando una zona algo resguardada del viento almorzamos. Nos queda la parte de ascensión a Punta Custodia. Para entonces el tiempo ha empeorado y las nubes nos cubren.
Cuando llegamos a la cima, apenas hay visibilidad para encontrarnos a nosotros mismos. Debo reconocer que sin un guía, en estas condiciones, perderse es un hecho.
La bajada con tanta nieve y la poca práctica con las raquetas es compleja pero divertida, Afortunadamente la nieve es blanda. Estas fotos las tomó Alain, el guía. En la segunda podéis observar un gran bulto sobre la nieve.
Conforme íbamos descendiendo volvíamos a salir de las nubes, pero éstas nos seguían acompañando.
Ya cuando estábamos de regreso comenzó a mejorar un poco el día y volvimos a ver el cielo azul.
Aunque dependiendo siempre de hacia dónde girásemos.
Y hasta aquí lo que dio la excursión en sí. En la recámara esperan algunos paisajes y apanoramizaciones. Las fotos están georeferenciadas para el que quiera situarse. Y para el que quiera más, aquí está la ruta GPS.
Suri y un servidor les agradecen su atención.
Saludos,
Colegota